Libre, libre. Mis ojos seguirán aunque paren mis pies.
Estas fueron algunas de las últimas palabras que dejó escritas Jokin Zeberio,
de 14 años, antes de suicidarse, tirándose al vacío con su bicicleta, desde lo
alto de la muralla de Hondarribia, España, en septiembre de 2004. Jokin venía
sufriendo el acoso de sus colegas desde hacía años. Las continuas amenazas,
humillaciones, insultos, golpes, palizas,
le hicieron sufrir y lo llevaron a la muerte. El hecho hizo sonar la alarma
social, política y educativa. Pero, lamentablemente, no frenaron el fenómeno.
Los casos de bullying afloran y cada día nos percatamos de
que no son recientes ni raros
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